Ya hemos puesto en este blog en más de una ocasión algún cuento extraído del blog de Joaquina Fernández. Los cuentos que allí publica son fantásticos y de todos ellos se puede sacar una conclusión interesante.
El cuento de hoy trata sobre El Esfuerzo
Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para observar su metamorfosis.
Después de unos días vio que había un pequeño orificio, y entonces se sentó a esperar. La mariposa luchaba por hacerlo más grande y salir.La mariposa forcejeaba para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía que se había agotado y que estaba atascada en la mitad del agujero.
Entonces el hombre, compadeciéndose del esfuerzo infructuoso, decidió ayudar a la mariposa, y con una pequeña tijera hizo un pequeño tajo en un lado del agujero para hacerlo más grande, de tal modo que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, y que la hinchazón se reduciría.
No sucedieron ninguna de las dos cosas, y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Ya no podría volar.
El hombre no entendió que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero era la forma en que la naturaleza forzaba los fluidos de su cuerpo.
Este cuento no habla de la importancia del esfuerzo, y como solo con él podemos llegar a cumplir nuestros objetivos, como lo es aprobar una oposición. Lo interesante también del esfuerzo es que nos prepara no solo para un objetivo en cuestión sino que nos hace crecer de una forma que va más allá.
Fuente: Blog de Joaquina Fernádez