La Xunta se ve obligada a organizar unas oposiciones para un solo candidato. Esto es debido a que en el invierno de 2002 se le impidió a un Lucense participar en las pruebas selectivas ya que (según ellos) pesaba demasiado para lo que medía.
Por otra parte la Xunta tendrá que pagar, en caso de que apruebe, todos los salarios que habría cobrado desde entonces hasta ahora en el cuerpo de Auxiliares Técnicos.
Esta es la decisión irrecurrible del Tribunal Supremo.
Para comprender bien esta historia tenemos que remontarnos al 18 de Diciembre de 2001 cuando la Consellería de Presidencia había convocado unas oposiciones para cubrir vacantes de agente forestal. Fue en este momento cuando se presentó el opositor quien llevaba ejerciendo como interino desde 1995 «a plena satisfacción de sus superiores».
Por este motivo decidió competir para ganar una plaza en propiedad para lo cual tenía que superar tres pruebas entre ellas un reconocimiento médico. Aquí es donde tuvo el problema ya que su índice de masa corporal era de 37,1 puntos.
En Noviembre de 2002 el tribunal decidió no declarar aptos a todos aquellos con un IMC superior a 36. En este momento nuestro protagonista decidió emprender la batalla legal en la que ha resultado vencedor después de 10 años y tras una derrota previa en el TSXG
El TS lo ha declarado vencedor de esto proceso sin meterse en lo controvertido de la medida sino porque los aspirantes han de conocer con anterioridad a someterse a los test selectivos los requisitos concretos a recurrir.
Fuente: La voz de Galicia
Muy interesante artículo. Muchas gracias por compartir la información.