Hace unos años leí el libro de Alex Rovira «La buena Suerte». El libro ha resultado ser todo un best seller y ha sido traducido a muchos idiomas.
Hoy lo traigo a colación porque muchas veces decimos que solo si tenemos suerte podemos aprobar nuestra oposición, si bien un punto no viene mal en un momento puntual no podemos pensar que aprobar una oposición solo es cuestión de suerte. En lugar de suerte lo que necesitaremos es «buena suerte».
Para entender lo que acabo de decir hay que mirar al libro que ya he comentado.
La tesis fundamental del libro es la siguiente:
La suerte y la «buena suerte» son cosas distintas. La suerte es fruto del azar, no depende de uno y tiene un carácter efímero. La «buena suerte» por el contrario es el resultado de decisiones inteligentes y valientes donde interviene la creatividad de cada persona para diseñar sus circunstancias.
El libro a través de un cuento nos va explicando cuales son las reglas de la «buena suerte». Estas son las siguientes:
- La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti. La buena suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.
- Muchos son los que anhelan tener buena suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.
- Si ahora no tienes buena suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es conveniente crear nuevas circunstancias.
- Preparar las circunstancias para la «buena suerte» no significa buscar sólo el beneficio propio. Crear circunstancias para que otros gana en atrae la «buena suerte».
- Si dejas para mañana la preparación de las circunstancias, la «buena suerte» quizá nunca llegue. Crear circunstancias requieren dar un primer paso.
- Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la «buena suerte» no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias, pero imprescindibles.
- A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. a los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.
- Nadie puede vender suerte. La «buena suerte» no se vende. desconfía de los vendedores de suerte.
- Cuando ya has creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la «buena suerte» llegue, confía.
- Crear «buena suerte» es preparar las circunstancias a la oportunidad. Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o de azar, siempre está ahí.